el paraiso perdido

Reflexiones sobre el mundo del misterio sobre sus investigadores, el uso y abuso que de el hacen, siendo sus victimas los creyentes en los fenomenos mal llamados paranormales. Tambien de vez en cuando se podra leer reflexiones mas mundanas y tangibles pues si el misterio se rodea de magia la Vida misma es mágica y todo fuera de ella esta vacio de misterio

domingo, junio 04, 2006

Piscis





El último signo del Zodiaco se ha prestado desde los primeros tiempos de la Astrología a innumerables interpretaciones. Todos los pueblos y culturas se han interesado por el simbolismo de Piscis y su relación con el líquido elemento; por esto, también se le conoce como el signo de Los Peces. Parece ser que, desde un punto de vista exhaustivo, el pez es un ser asociado por toda la demosofía y mitología, tanto clásicas como modernas y contemporáneas, con el mundo de los llamados movimientos penetrantes y que poseen más energía psíquica que somática o material; su poder ascensional sirve a la iconología tanto pagana, pero purista, como cristiana.
Precisamente los primeros seguidores de Jesús de Nazaret acuñan el símbolo del pez que, andando el tiempo, se constituirá en universalmente conocido y representativo de los primeros cristianos; estos fueron, a menudo, designados como pescadores y el animal emblemático representado por el pez sustituía y representaba al Maestro y su doctrina. En la primitiva sociedad cristiana tenía un carácter misterioso y su pictograma aparecía en toda clase de lugares y monumentos; la figura del pez, esculpida o grabada servía para que los primeros cristianos se reconocieran entre sí y, al propio tiempo, era un símbolo de su unidad de acción.
También la ancestral cultura caldea utilizaba la figura del pez para indicar cómo se renovaba de forma cíclica la idea cargada de connotaciones psíquicas, cuyo definitivo simbolismo desembocaba en el último signo zodiacal, es decir, en Piscis. El pez, por tanto, constituía objeto de adoración y ofrenda, y los sacerdotes asiáticos prohibían, por tanto, el consumo humano de pescado: consideraban a la mar y a cuanto en ella moraba y se movía como a la Gran Madre Sagrada.

El gran ciclo de la necesidad, que había comenzado con Aries, signo de fuego, culmina con el dominio de un signo que tiene por elemento lo opuesto al fuego, es decir, el agua, símbolo de equilibrio universal y de eterna placidez; Piscis, o Los Peces, es el signo del Zodiaco que completa y cierra la totalidad representativa del cosmos y su representación a través de los doce signos zodiacales.

CASA NATURAL DE PISCIS
Las diversas corrientes astrológicas nos previenen acerca de la excesiva importancia que, en ocasiones, cobran las Casas. Sin embargo éstas, en su significado original casi todo se lo deben a los signos e, incluso, como ellos, se dividen en cardinales, fijas y comunes.
La Casa que nos ocupa, es decir, la Casa XII, es COMUN, lo que indica, en un primer momento, que los nativos del signo Piscis, quienes tienen por casa natural la Casa XII, intentarán en sus acciones logros encaminados a enriquecer su acervo cultural y su propia personalidad; reconocerán, además, cualquier error que pudieran cometer en el desempeño de su profesión o funciones, lo que indica su talante abierto y comprensivo. La significación dada a la Casa XII induce al nativo del signo Piscis al cuestionamiento y replanteamiento continuos de sus proyectos y de los objetivos que una determinada sociedad se proponga.
Constantemente se mostrarán, por esto, en desacuerdo con casi todas las opiniones de sus colaboradores y conocidos, por lo que su carácter se tronca taciturno y pensativo: hasta tal punto que, en ocasiones, ya no puedan prescindir del conflicto interno, necesitando éste para planificar nuevos proyectos y originales objetivos. A veces se vuelve hiperactivo con la intención de olvidar su condición, en apariencia, de torturado. Su excesiva preocupación por lo íntimo, lo psicológico y el mundo del espíritu, obliga a las personas nativas del signo Piscis y, por lo mismo, ubicadas en la casa natural de éste, es decir, en la Casa XII, a esforzarse de forma ininterrumpida, por la consecución de una tranquilidad interior sin la que no será posible realizar acción alguna.

Google
Free Hit Counters
Web Site Counter

MySpace-Countdowns