Tauro
Tauro es en sí una dualidad y una antinomia, pues está regido por Venus y a la vez se relaciona intensamente con la Luna; son dos fuerzas femeninas que entremezcladas producen efectos oníricos y amorosos. El símbolo de Tauro es un toro cuyos cuernos parece que representan, según interpretaciones de la Astrología moderna,a la Luna en relación con su fase creciente y con su efectismo en cuanto a la incidencia en los ciclos de fecundación de la mujer.
En la mitología clásica, sin embargo, parece que Tauro fue un héroe (algunos estudiosos de la mitología hablan de varios héroes, y no de uno solo) de Creta, capitán del ejército de Minos cuya brutalidad y crueldad quedaron patentes al maltratar a los jóvenes atenienses que le ofrecieron como premio al vencer en los juegos famosos en honor de Androgeo, hijo del rey Minos. De éste se afirma que admiró tanto la fuerza y la bravura del Toro que había prometido sacrificar que, rompiendo la promesa hecha con anterioridad a Poseidón -quien había hecho salir al Toro del mar-, decidió quedarse con él. Pero, Poseidón sintiéndose burlado por Minos, hizo que el Toro se volviera loco y que Parsífae, mujer de Minos, se enamorase del Toro; de estas relaciones nacería el Minotauro, un engendro con el cuerpo como el de un ser humano y la cabeza de Toro, que fue encerrado en un Laberinto construido por Dédalo, merced a la consulta que se hizo al oráculo. Fue en ese famoso Laberinto donde Teseo penetró para dar muerte al Minotauro y del que pudo salir gracias al no menos famoso "hilo de Ariadna".
CASA NATURAL DE TAURO
La segunda casa, girando en el sentido contrario a las agujas del reloj, es la Casa natural del signo Tauro. Era para los astrónomos antiguos, la casa de las riquezas, pues proporcionaba fortuna y bienes crematísticos a quienes nacían en ella.
Esta segunda Casa pertenece al conjunto de las seis primeras Casas, lo que significa que en ella se asienta lo particular e individual del nativo; las seis últimas, desde la sexta a la duodécima, ambas incluidas, tienen que ver únicamente con las relaciones que el sujeto mantiene en su sociedad, con lo mundano y lo extra fronterizo del nativo de Tauro, en este caso; en oposición a lo intrafronterizo, al ámbito de lo personal y privado.
Cuando el nativo de Tauro se encuentra en esta segunda Casa, es decir, en su Casa natural, todas las acciones y proyectos darán resultados bastante aceptables: su trabajo producirá el fruto deseado; su esfuerzo será siempre rentable.
Respecto a los conflictos de tipo emocional al encararse con situaciones adversas, el nativo de Tauro, si se halla en su Casa natural, los resolverá siempre a su favor sin sufrimientos inútiles; a ello le ayudará su situación de privilegio en su propia Casa natural, la Casa 2, que es fija y de tierra. Al ser independientes las cualidades de las Casas, y no mezclándose ni relacionándose en forma de dependencia entre ellas, el nativo de Tauro puede tener ciertas ventajas respecto a los nativos de otros signos. En cualquier caso, estas aseveraciones están condicionadas fuertemente por la situación de los planetas; habrá que tener siempre en cuenta qué planetas alberga cada casa, el número de ellos, así como sus aspectos.
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