Desde el Principio de la Vida hasta el Día de la Purificación
Enseñanzas, Historia y Profecías del Pueblo Hopi
Tal como las contó Dan Katchongva, del Clan del Sol (ca. 1865-1972)
Traducidas del Hopi por Danaqyumptewa
Editada por Thomas Francis - Original publicado en 1972
Por el Commité para Tierra y Vida Tradicional Indígena
Los Angeles, California.
Traducción: Adriano Yannelli (ayannelli@impsat1.com.ar)
"Todo lo que tengo es mi palo para plantar y mi maíz. Si deseas vivir como yo vivo… puedes vivir aquí conmigo."
EL PRINCIPIO DE LA VIDA
En algún lugar del mundo subterráneo fuimos creados por el Gran Espíritu, el Creador. Fuimos creados, primero uno, luego dos, luego tres. Fuimos creados iguales, de la unicidad, viviendo una vida en forma espiritual, donde la vida duraba para siempre. Éramos felices y en paz con los otros compañeros hombres. Todas las cosas eran abundantes, provistas por la Madre Tierra sobre la que estábamos ubicados. No necesitábamos plantar o trabajar para conseguir comida. Las enfermedades y los problemas eran desconocidos. Por muchos años vivimos felizmente y crecimos mucho en número.
Cuando el Gran Espíritu nos creó, también nos dio instrucciones y leyes para vivir. Prometimos vivir bajo esas leyes de manera de permanecer en paz, usándolas como guía para vivir en felicidad sobre esa tierra donde nos creó y colocó. Pero desde el principio nos advirtió que no nos tentáramos con ciertas cosas que podrían hacernos perder este modo perfecto de vivir.
Por supuesto que íbamos a sacar ventaja de muchas de las cosas buenas en esa otra vida, así que de a poco contradijimos las instrucciones del Creador sobre lo que no habíamos hacer. Por ello nos castigó haciéndonos como somos ahora, con cuerpo y con alma. Dijo entonces, "Desde ahora deberán bastarse por ustedes mismos. Se enfermarán, y el largo de sus vidas será limitado."
Hizo nuestros cuerpos de dos principios, el bien y el mal. El lado izquierdo es el bueno, ya que contiene el corazón. El derecho es el malo, porque no lo tiene. El izquierdo es torpe pero sabio, el derecho es inteligente y fuerte, pero le falta sabiduría. Siempre habrá una pelea constante entre los dos lados, y a través de nuestras acciones deberemos decidir quién será más fuerte, si el bien o el mal.
Vivimos bajo las buenas costumbres por muchos años, pero eventualmente el mal probó ser el más fuerte. Algunos olvidaron o ignoraron las leyes del Gran Espíritu, y una vez más comenzaron a hacer cosas que iban en contra de sus instrucciones. Se transformaron en materialistas, inventaron muchas cosas para su propio beneficio, y dejaron de compartir las cosas como lo habían hecho en el pasado. Esto resultó en una gran división, ya que algunos todavía querían seguir las instrucciones y vivir simplemente.
Los más inventivos, los inteligentes, pero con falta de sabiduría, hicieron muchas cosas destructivas a través de las que su vida se interrumpió, cosas que amenazaron destruir a toda la gente. Muchas de las cosas que hoy vemos se sabía que ya habían existido en aquella época. Finalmente, la inmoralidad prosperó. La vida social y sexual de la gente se corrompió lincenciosamente. Rápidamente se extendió a la esposa del Kikmongwi (el Jefe) y su hija, que raramente volvían a sus casas a cuidar de sus tareas domésticas. No solamente el Kikmongwi, sino que los altos jefes religiosos también tuvieron esos problemas. Pronto los líderes y otros con buen corazón estuvieron muy preocupados porque la vida de la gente se volvía incontrolable.
El Kikmongwi juntó a los sacerdotes. Fumaron y rezaron para ser guiados hacia cómo resolver esta corrupción. Se juntaron varias veces, hasta que finalmente alguien sugirió que debían mudarse, encontrar un nuevo lugar dónde establecerse y comenzar una nueva vida.
LA SALIDA A ESTE MUNDO
Pues bien, habían escuchado a menudo ciertos sonidos de golpeteo que provenían desde arriba, y por ello sabían que alguien podía vivir allí. Se decidió que esto debía investigarse. Describiré esto someramente, porque la historia completa tomaría mucho espacio.
Habiendo sido bendecidos con la sabiduría, ellos crearon unos pájaros para este propósito. Nombraré tres. Dos de ellos, que eran conocidos por su fortaleza y rapidez eran el "Kisa" (halcón) y el "Pavowkaya" (golondrina). El tercero era un "Moochnee" (pariente del zorzal que imita el sonido de los otros pájaros, Mockingbird en inglés). Su vuelo es torpe, pero es conocido por ser sabio. Cada uno fue creado en un momento diferente a través de cantos mágicos, fumadas de tabaco y oraciones, con tierra y saliva, lo que posteriormente fue cubierto con una tapa blanca (óvulo). Cada uno fue recibido con respeto y les fueron dadas instrucciones para esta misión, si es que lo lograban. Los dos primeros no pudieron llegar a la parte alta del cielo, pero el tercero, el "Moochnee", consiguió venir por una abertura a este mundo.
El nuevo mundo era hermoso. La tierra era verde y estaba florecida. El pájaro cumplió con todas sus instrucciones. Su sentido de sabiduría lo guió hasta el ser para el que había sido instruido buscar. Cuando lo encontró, era justo al mediodía, ya que el ser, Massau’u, el Gran Espíritu, estaba preparándose su almuerzo. Mazorcas de maíz yacían cerca del fuego. El pájaro voló y se posó encima de su "kisi" (sombreador, estructura con un techo soportado por postes) y resonó su aviso de arribo.
Massau’u no se sorprendió por el visitante, ya que por su sabiduría y sensación olfativa ya sabía que alguien venía. Con respeto le dio la bienvenida y lo invitó a sentarse. La entrevista fue breve y directa al punto en cuestión. "¿Porqué estás aquí? ¿Será importante?" "¡Sí!", dijo el Moochnee, "fui enviado aquí por la gente del mundo subterráneo. Desean venir a tu tierra y vivir contigo, ya que su mundo se ha corrompido. Con tu permiso ellos desean mudarse aquí contigo y comenzar una nueva vida. Esto es por lo que he venido." Massau’u respondió en forma áspera, pero respetuosa: "Ellos pueden venir."
Con este mensaje el pájaro volvió al mundo subterráneo. Mientras se había ausentado, Kikmongwi y los líderes habían seguido rezando y esperando su retorno exitoso. Con las buenas noticias del nuevo mundo y el permiso de Massau’u para venir, ellos se desbordaron de alegría.
Ahora la pregunta era de cómo ellos iban a llegar al techo de su mundo, por lo que fumaron y rezaron para ser guiados. Finalmente estuvieron de acuerdo en plantar un árbol que creciera hasta lo alto y les sirviera de salida. Plantaron una semilla de "shalavee" (abeto), luego rezaron y cantaron canciones mágicas. El árbol creció y creció, hasta que alcanzó el cielo, pero sus ramas eran tan blandas que se doblaban con la pesada presión de la tierra del techo, por lo que no perforó el cielo. Plantaron otra semilla, esta vez un "lougu" (pino). Creció mientras cantaban sus canciones mágicas. Este árbol era vigoroso y fuerte. "Seguro que éste pasará", pensaron. Pero fracasó, ya que sus ramas también se doblaban en contacto con el objeto sólido. De nuevo, plantaron otra semilla, esta vez un "pakave" (caña). Dado que terminaba en punta, perforó el cielo hasta el nuevo mundo.
Mientras, todo esto había sido mantenido en secreto. Sólo los correctos, rectos, y de un solo corazón eran informados de los planes de abandonar el mundo corrompido. Estaban preparados para salir, así es que, tan pronto supieron que se podía , comenzaron a subir por interior de la planta, descansando en cada unión de la caña, en un esfuerzo por alcanzar la abertura.
Cuando llegaron a este mundo, todo era hermoso y pacífico. La tierra estaba virgen, tranquila. ¡Estaban felices! Cantaron y bailaron con alegría. Pero esta alegría duraría poco, porque esa misma noche la hija del jefe murió súbitamente. Todos se pusieron muy tristes y preocupados. Todos se miraban sospechosamente. Un maleficio había sido conjurado... Esto causó mucha inquietud ya que un brujo, una bruja, o una persona de dos corazones debía estar entre ellos.
Entonces el Kikmongwi que tenían un gran poder, lo debía usar para apaciguar las preocupaciones de su gente. Hizo una pequeña bola de harina de maíz y la arrojó sobre el grupo de gente. Donde cayera la bola estaría el culpable. Cayó en la cabeza de una niña. Todos tomaron la rápida decisión de arrojarla de nuevo por la abertura al mundo subterráneo. Debían deshacerse de esta maldad, ya que querían vivir en paz en esta nueva tierra. Pero la niña bruja suplicó llorando que se apiadaran de ella, diciéndoles que en su largo viaje enfrentarían muchos obstáculos y peligros de todas clases, y sus oficios podrían serles de utilidad, ya que ella tenía poder como para combatir el mal. Invitó al Kikmongwi a mirar de nuevo al mundo subterráneo. Él miró y vio allá abajo a su hija jugando feliz con otros niños, era el lugar donde todos regresaríamos después de muertos. La niña bruja era enjuta, pero la dejaron allí sola, tal vez pensando que perecería por alguna causa desconocida.
EL PRIMER ENCUENTRO CON EL GRAN ESPIRITU EN ESTE MUNDO
Fue aquí donde el Gran Espíritu se apareció por primera vez a los hombres en esta tierra, para darles instrucciones precisas a través de las cuales debían vivir y viajar. Se dividieron en grupos, cada uno de los cuales seleccionó su líder. Ante cada uno de estos grupos Él colocó mazorcas de maíz de varios tamaños. Le dijo a cada grupo que tomaran una cada uno, para llevarlas consigo durante el viaje, para subsistencia y supervivencia. Uno por uno egoístamente recogieron las mazorcas más largas y perfectas, hasta que sólo dejaron la más corta. No se dieron cuenta que ésta era una prueba para su sabiduría. Así es que la más pequeña fue recogido por el líder más humilde. Entonces el Gran Espíritu les dio nombres y lenguajes a través de los cuales serían reconocidos. El último en recoger el maíz fue llamado HOPI.
Hopi no solamente significa pacífico, sino también, obediente, que tiene fe en las instrucciones del Gran Espíritu, y no distorsiona las instrucciones por influencia o por poder, o de alguna manera que corrompa la forma de vida Hopi. De otra manera, el nombre les sería quitado. Les dio entonces las instrucciones bajo las cuales debían migrar con los propósitos determinados a los cuatro rincones de la nueva tierra: dejando muchas huellas, escrituras en las piedras y ruinas, ya que con el tiempo muchos olvidarían que eran todos uno solo, unidos por el simple propósito de venir aquí arriba a través de la caña.
Ahora que estaban todos en la cima, cada uno de nosotros debía seguir a sus propios líderes, pero mientras no olvidáramos las instrucciones del Gran Espíritu, es como seríamos capaces de sobrevivir. Estábamos unidos ahora por un voto de vivir bajo estas instrucciones y completar nuestras pautas de migración. Massau’u nos dijo que quienquiera fuera en primero en encontrarlo sería el líder de quienes le siguieran luego, después de lo cual desapareció.
UN ACTO DE CONSECUENCIAS PROFÉTICAS
Migramos por muchos años a cada rincón de este continente, marcando cada lugar como nuestra pertenencia, tal como esas marcas claramente lo testifican hasta nuestros días. En nuestro camino nos detuvimos a descansar cerca del gran río, que se conoce ahora como Colorado. Habíamos viajado lejos y ganado mucho conocimiento, sin olvidar nuestras instrucciones. El líder del grupo era del Clan del Arco. Un gran jefe con sabiduría. Pero fue allí donde este gran jefe desapareció en la oscuridad de la noche. Luego de hacer dormir a su familia, partió en búsqueda del Centro de la Tierra, el lugar donde los pueblos inteligentes e ingeniosos de todas las naciones se juntan a planear el futuro. De alguna manera él encontró el lugar y fue recibido con respeto. Era un lugar hermoso con toda clase de buenas cosas. Las más hermosas niñas le ofrecieron buena comida. Era todo muy tentador.
Hasta hoy todavía no sabemos el significado de este hecho. Tenía que ver con el futuro. Con esta acción, causó que ocurriera un cambio en el modelo de vida mientras nos acercamos al final del ciclo de vida de este mundo. Tal que, muchos de nosotros buscaríamos el mundo materialista, tratando de disfrutar de todas las cosas buenas que te puede ofrecer, antes de destruirnos a nosotros mismos. Aquellos agraciados con el conocimiento de las instrucciones sagradas, vivirán con cautela, ya que recordarán las instrucciones y tendrán fe en ellas, y será sobre sus hombros donde el destino del mundo descansará. La gente corromperá las buenas formas de vivir, trayendo de nuevo la misma vida que aquella que teníamos cuando abandonamos el mundo subterráneo. El sagrado cuerpo de la mujer ya no estará escondido, ya que el escudo de protección será levantado en un acto de tentación hacia el libertinaje sexual, que también será disfrutado. Muchos de nosotros nos perderemos en la confusión. La conciencia que algo extraordinario está pasando se desarrollará en mucha de la gente, ya que aun los líderes estarán confundidos en corromperse a sí mismos. Será difícil entonces decidir a quién seguir.
Los Hopi sabían que todo esto acaecería en este mundo. Todos los aspectos del modelo de vida de hoy fue planeado. Por ello debemos mantenernos firmemente en nuestras convicciones para poder sobrevivir. El único rumbo posible de seguir son las instrucciones mismas del Gran Espíritu.
LA MISIÓN DE LOS DOS HERMANOS
Este jefe del Clan del Arco tenía dos hijos. Cuando se enteraron que su padre delinquió se pusieron muy tristes. Su conocimiento de las enseñanzas que habían recibido de su padre estaban todos en orden. Quedaron solos para guiar a su gente, ya que al día siguiente su padre murió.
Le pidieron a su madre que les permitiera llevar a cabo las órdenes impartidas por las instrucciones para un caso de esta naturaleza. Ella les respondió que dependía de ellos, ya que sus conocimientos estaban completos. Estando de ambos de acuerdo, el hermano menor continuaría la búsqueda de Maasau’u, y se establecería dondequiera que lo encontrara. Allí esperaría el retorno de su hermano mayor, quien viajaría al Este, en dirección del sol naciente, donde descansaría por un momento. Mientras éste descansara, debería estar atento a la voz de su hermano menor, quien estaría esperando que viniera en su ayuda, ya que un cambio en el modelo de vida del pueblo interrumpiría la forma de vivir de su pueblo. Ante la presión de un nuevo líder, esta gente con seguridad sería borrada del mapa si el hermano no viniera.
Por ello, todavía nos atenemos firmemente a las instrucciones del Gran Espíritu y continuaremos mirando y rezando al Este esperando que el hermano mayor regrese pronto.
El hermano menor advirtió a los mayores que la tierra y la gente cambiaría. "Pero no dejen que sus corazones se perturben," les dijo, "porque ustedes nos encontrarán. Muchos de ustedes se alejarán del plan de vida trazado por Maasau’u, pero unos pocos de nosotros, los que somos sinceros con sus enseñanzas permaneceremos en nuestras moradas. La forma ancestral de nuestras cabezas, la forma de nuestras casas , la disposición de nuestras villas y el tipo de tierra donde se asientan, y nuestra forma de vida, con todo en orden, será la forma en la que nos encontrarán."
Antes que la primera gente comenzara su migración, a los denominados Hopi, les dieron una serie de tablas de piedra. En estas tablas el Gran Espíritu inscribió las leyes bajo las cuales los Hopi debían viajar y vivir, de una forma buena y pacífica. También contienen unas advertencias que los Hopi deben tener presente, ya que con el tiempo serían influenciados por la gente malvada para abandonar el plan de Maasau’u. No sería fácil hacerles frente, ya que involucraría muchas cosas buenas que tentarían a muchas buenas personas para apartarse de esas leyes, guiando a los Hopi a una difícil situación. Las tablas contienen las instrucciones a seguir en cada caso.
El hermano mayor debía llevar consigo una de las tablas de piedra al Este, y traerla de vuelta consigo al escuchar el grito desesperado de ayuda de su hermano menor, ya que su hermano en ese caso estaría en un estado desesperanzado y desesperado. Su gente podría entonces haberse apartado de las enseñanzas, dejado de respetar a sus mayores, e incluso haberse rebelado contra los mayores para acabar con la forma de vivir Hopi. Las tablas serán el reconocimiento final de la verdadera identidad y hermandad.
Su madre es el Clan del Sol. Eran hijos del sol. Por eso debió ser un Hopi quien viajara desde aquí al sol naciente y el que está esperando en algún lugar. Por lo tanto, son sólo los Hopi quienes todavía mantienen la tierra girando correctamente, y es un Hopi quien debe ser purificado en este mundo para que éste sea salvado. Ninguna otra persona en lugar alguno podrá hacerlo. Por ello, el hermano mayor tiene que viajar rápido en su travesía porque no hay mucho tiempo, y por ello, el caballo fue creado para él. El hermano menor y su pueblo continuaron en busca de Maasau’u.
En su camino encontraron una tierra que parecía fértil y cálida. Allí marcaron los símbolos de sus clanes en la roca para reclamar la tierra. Esto fue hecho por el Clan del Fuego, el Clan de la Araña, y los de la Serpiente. Este lugar es ahora llamado Moencopi. Pero no se establecieron allí en ese tiempo.
Mientras las gentes migraban, Maasau’u estaba esperando que llegaran los primeros. En aquellos días él solía hacer caminatas cerca del lugar donde vivía, llevando un puñado de "du-kyam-see" (flores violetas negras) en su cinto. Un día las perdió por el camino. Cuando volvió a buscarlas encontró que habían sido recogidas por la Mujer Escuerzo (ó Cueruda Mujer Escuerzo). Cuando se las reclamó, ella se negó a devolvérselas, pero en cambio le dio la promesa que lo ayudaría en tiempo de necesidad. "Yo también tengo un casco de metal" le dijo – posiblemente tratando de decirle que cierta gente con casco de metal ayudaría a los Hopi cuando estuvieran en dificultades.
A menudo Massau’u caminaba como media milla al norte de su "du-pa-cha" (vivienda temporal) a un lugar donde yace una larga piedra formando un refugio natural, donde él debe haber escogido para el lugar donde se encontrarían con los primeras gentes. Mientras esperaba allí, se divertía jugando un juego para probar su habilidad llamado "Nadu-won-pi-kya", que desempeñaría un papel muy importante luego en la vida del los Hopi, ya que con él se probaría el conocimiento y sabiduría de las primeras gentes. Hasta hace poco los niños solían jugar un juego similar allí, algo como las escondidas. Una persona se esconde, y da una señal golpeando repetidamente en una piedra muy especial, de manera de avisar que se ha escondido, pero en una forma en que trasmite un sonido de muy particular, que los demás lo escuchan sin saber de dónde proviene. (Hace algunos años la piedra fue destruida por constructores de caminos del gobierno). Fue allí donde encontraron a Maasau’u esperando.
EL ENCUENTRO CON MAASAU'U CERCA DE ORAIBI
Antes que las migraciones comenzaran, Maasau’u les había hecho saber, a pesar que no con instrucciones directas, que quienquiera lo encontrara primero sería el líder allí. Más tarde quedó en claro que este sería el procedimiento en que las verdaderos rasgos de ellos serían explícitos.
Cuando lo encontraron, la gente se reunió y sentaron con él a hablar. Lo primero que quisieron saber fue conocer dónde vivía. Él respondió que vivía justo al Norte de allí, en un lugar llamado Oraibi. Por alguna razón, no dijo el nombre completo, que era Sip-Oraibi, que significa: algo que se ha sido solificado, refiriéndose al hecho que este es el lugar donde la tierra se ha hecho sólida.
Pidieron permiso para vivir allí con él, pero él no les contestó directamente, ya que él vio maldad entre ellos. "Depende de Uds.", dijo. "No tengo nada aquí. Mi vida es simple. Todo lo que tengo en mi palo de sembrar y mi maíz. Si desean vivir como yo vivo, y siguen mis instrucciones y mi plan para vivir, que les daré, podrán vivir aquí conmigo, y cuidar de la tierra. Luego podrán tener una larga, feliz, frutícfera vida."
Luego ellos le preguntaron si acaso él sería el líder, pensando que de esa manera les sería asegurada una vida pacífica. "No", replicó, "aquel que los guió hasta aquí será el líder hasta que cumplan con su modelo de vida" - esto lo dijo porque vio sus corazones y supo que había todavía muchos con deseos egoístas -. "Luego de eso yo seré el líder, pero no antes, ya que yo soy el primero y deberé ser el último." Dejando todas las instrucciones con ellos, desapareció.
FUNDACION DE LA VILLA DE ORAIBI
La villa de Oraibi se estableció y construyó de acuerdo con las instrucciones del Gran Espíritu. El Jefe del Clan del Arco fue el padre del orden ceremonial. Permanecieron bajo el liderazgo del Clan del Arco por algún tiempo, tal vez hasta que ingresó la corrupción. Como recordarán, el Jefe del Clan del Arco del pasado había contaminado su posición formando parte de un cambio del modelo de vida.
Luego el Clan del Oso tomó el liderazgo. Esto puede haber ocurrido porque que oso es fuerte y poderoso. Pueden haber habido otras razones también, tal como una profecía que contaba que un oso, durmiendo en algún lugar de lo que hoy llamamos Europa, se despertaría en un determinado momento, en donde se quedaría a esperar. Este grupo es llamado el Clan del Oso porque encontraron un oso muerto en el lugar del símbolo del escudo. La mayoría de la gente importante declama ser de este Clan, incluyendo las personas de los Clanes del Pájaro Azul y Araña.
El voto que hicimos al Gran Espíritu nos obliga a seguir Su forma de vivir. Nos dio la tierra para usarla y cuidarla a través de nuestras obligaciones. Nos instruyó y mostró el plano a través del cual nosotros debemos gobernar nuestras vidas. Dibujamos este modelo en una piedra para que nos recuerde siempre seguir el camino recto. Los Hopi no nos debemos apartar de este camino o Él nos quitará esta tierra. Esta fue la advertencia que nos dio Maasau’u.
La villa de Oraibi se establecía con firmeza. Los pueblos que habían migrado ahora se volvían a juntar allí y pedían ser admitidos en la villa. El Kikmongwi y los sumos sacerdotes siempre consideraban sus pedidos, y basaban sus juicio en el carácter y sabiduría de los solicitantes. Aquellos que mostraban signos de fanfarronería eran rechazados y enviados a las mesetas del sur, donde vivía ese tipo de personas. Sólo la buena gente, humilde y sincera en sus oraciones, eran admitidos.
Uno de esos grupos fue el Clan del Coyote, que venían de "Sh-got-kee" (Si-aht-ki), cerca de Walpi. Había varias razones que los distinguían como malas personas, pero eran astutos de alguna manera. Al principio no les permitieron asociarse a la villa, pero cuando hicieron su cuarta petición, fueron aceptados de acuerdo a las costumbres, y fueron admitidos acordando que ellos actuarían como protección, y cuando hubieran problemas, ellos tendrían que apoyar y ayudar al interlocutor. Pero les advirtieron que fueran precavidos. Sin embargo, el piadoso nunca tortura hasta el final, y es de esta manera que los tuvimos en todos los clanes, porque dicho sea de paso, la mayoría de nosotros desea engañar o mentir a los jefes para obtener gloria o fama, lo que nos conduce al punto de enturbiar nuestros hábitos y sacudir nuestras creencias.
El último grupo que fue admitido fue el Clan del Águila Gris. Cuando terminaron su migración, se establecieron al principio en lo que es hoy Nuevo México, pero como había allí gente que le gustaba guerrear, como ellos eran de buscar líos, fueron allí perseguidos por los Indios Pueblo. Cuando vinieron a ésta área, se establecieron en Mishongovi en la Segunda Mesa, con la condición que no comenzaran peleas o conflictos, ya que si rompían esa promesa, debían irse sin objeciones. Pero comenzaron otro conflicto y se tuvieron que ir como lo habían prometido. Luego de eso vinieron a Oraibi y pidieron ser admitidos allí. Luego de varios intentos fueron admitidos a entrar bajo la misma promesa que habían hecho en la otra villa, de irse voluntariamente si creaban problemas o rompían su promesa. De acuerdo con este acuerdo, el líder de la Villa Mishongovi reconsideraría aceptarlos nuevamente en la Segunda Mesa, o mandarlos de nuevo a Nuevo México, donde los Pueblo podrían hacer con ellos lo que consideraran correcto.
Luego, como fuimos forzados a abandonar la Villa de Oraibi y nos empezamos a establecer en Hotvela, ellos vinieron con nosotros, con un acuerdo similar. Esto todavía está vigente hoy. Pero de nuevo comenzaron con su impaciencia y hoy están obligados a irse del lugar. Son la semilla de toda destrucción en nuestra villa. Ellos traicionan a la Nación Hopi porque se inclinan ante los que vienen con hermosas palabras, y a través de eso, consiguen beneficios y ventajas. Para ellos solamente hay dos formas: la del Gran Espíritu o la del Bahanna. Fueron obligados a volver a Mishongovi tal como convinimos. La gente de allí los espera, pero no tienen el coraje de hacer lo que prometieron. Y se esconden cobardemente tras la ley Bahanna hecha por el hombre.
Entre las ceremonias de cada grupo, la oración por la lluvia es importante para que crezcan las cosechas y produzcan comida en abundancia. La gente depende de esto para su vitalidad. Los fanfarrones no son admitidos, de manera que no se contaminen nuestras oraciones.
Oraibi estuvo ahora firmemente establecida. El modelo del orden religioso estuvo establecido. Ciclo tras ciclo reverenciamos a nuestra Madre Tierra, nuestro Padre Sol, el Gran Espíritu, todas las cosas, a través de nuestras ceremonias. Estábamos felices ya que nosotros estábamos unidos como uno solo.
EL PRESAGIO DE LA LLEGADA DE OTRA RAZA
El tiempo pasó, la gente pasó, y las profecías de lo que iba a venir fueron pasándose de boca en boca. Las tablas de piedra y la escritura en la piedra del plan de la vida se revisaban a menudo por los Mayores.
Con temor esperaban mientras volvían a decirse la profecía en que un día otra raza aparecería entre ellos y reclamaría nuestra tierra como suya. Ellos tratarían de cambiar nuestro modelo de vida. Tendrían una "lengua dulce", o una "lengua partida" (bifurcada), y muchas cosas con las que seríamos tentados. Usarían la fuerza en un intento por hacernos caer en la trampa de usar armas, pero no debíamos caer en este engaño, porque entonces nosotros mismos seríamos puestos de rodillas, desde donde nunca más podríamos levantarnos. Tampoco debemos jamás levantar nuestra mano contra nación alguna. Nosotros llamamos ahora a esta gente "Bahanna".
LAS FUERZAS DE LA PURIFICACIÓN
Tenemos enseñanzas y profecías que nos dicen que debemos estar alertas por signos y presagios que acaecerán para darnos la fortaleza y el coraje para mantenernos en nuestras creencias. Sangre correrá. Nuestro pelo y nuestra ropa serán esparcidos por la tierra. La naturaleza nos hablará con su poderoso aliento de viento. Habrán terremotos, inundaciones, y fuegos extraños en diferentes lugares causando grandes desastres, cambios de las estaciones y el clima, desaparición de vida salvaje, y hambruna de diferentes formas. Habrá una gradual corrupción y confusión entre los líderes y de la gente alrededor de todo el mundo, y llegarán las guerras como vientos poderosos. Todo esto ha sido planeado desde el principio de la creación.
Tendremos tres personas apoyándonos, listas para hace cumplir nuestras profecías cuando lleguen las desesperanzadas dificultades: el Símbolo Meha (que se refiere a la planta que tiene larga raíz, savia lechosa, que crece de nuevo cuando se la corta y que tiene la flor con la forma de la cruz esvástica, que simboliza las cuatro grandes fuerzas de la naturaleza en movimiento), el símbolo del Sol, y el Símbolo Rojo. La intromisión de los Bahanna en la forma de vida Hopi pondrá el Símbolo Meha en movimiento, por lo que cierta gente trabajará para las cuatro grandes fuerzas naturales (las cuatro direcciones, las fuerzas controladoras, la fuerza original) que sacudirán al mundo en una guerra. Cuando esto pase sabremos que nuestras profecías se están realizando. Juntaremos fortaleza y estaremos firmes de pie.
Este gran movimiento decaerá, porque su subsistencia es la leche, pero porque está controlado por las cuatro fuerzas de la naturaleza, se levantará de nuevo para poner otra vez el mundo en movimiento, creando otra guerra, en la que los símbolos de la Meha y del Sol actuarán. Luego descansará de manera de levantarse por tercera vez. Nuestra profecía anticipa que este tercer evento será el decisivo. Nuestro plan de ruta nos anticipa el resultado.
Esta escritura sagrada habla la palabra del Gran Espíritu. Puede expresar la misteriosa semilla de la vida con dos principios del mañana, indicándolo en uno, y que dentro de él es doble. El tercer y último, quien será el que nos traiga... ¿purificación o destrucción?
Este tercer suceso dependerá del Símbolo Rojo, que es quién tomará el mando, poniendo otra vez las fuerzas naturales en movimiento (Meha) para beneficio del símbolo del Sol. Cuando estas fuerzas se pongan en movimiento, el mundo se sacudirá y tornará rojo, y se volverá contra la gente que impide la vida cultural Hopi. Para todas esas personas, el Día de la Purificación vendrá. La gente humilde saldrá a su encuentro en búsqueda de un nuevo mundo, y de la igualdad que les ha sido negada. Este Día vendrá sin piedad. Su gente cubrirá la Tierra como hormigas rojas. No debemos estar fuera para mirar. Debemos permanecer en nuestras casas. Vendrá y juntará a la gente malvada que están obstruyendo la gente roja que estaba aquí antes que ellos. Esperaremos por alguien a quien reconoceremos por su forma de vivir, o por su corte de pelo (por el corte especial de pelo que usan los Hopi), o por la forma de su villa y sus moradas. Él será el único que nos purificará.
El Purificador, comandado por el Símbolo Rojo, con la ayuda del Sol y de Meha, arrancará los malvados que han estado perturbando la forma de vida Hopi, la verdadera forma de vivir en la Tierra. Los malvados serán decapitados y no hablarán más. Esta será la purificación para toda la gente recta, la Tierra, y todas las cosas vivas sobre la Tierra. Las enfermedades de la Tierra serán curadas. La Madre Tierra florecerá de nuevo y toda la gente se reunirá en paz y armonía por un largo tiempo por venir.
Pero si esto no se materializa, la identidad tradicional Hopi se desvanecerá debido a la presión de los Bahanna. A través de la influencia del hombre blanco, sus religiones, y la desaparición de nuestra tierra sagrada, los Hopi seremos sentenciados a muerte. Este es el Plan Universal, hablado a través del Gran Espíritu desde el albor de los tiempos.
Con esto en mente, yo como un Hopi no haré ninguna guerra contra ningún país, ya que si lo hago, el Purificador me encontrará y me castigará por combatir. Y por ser Hopi, no estoy enviando mis hijos a través del océano a pelear. Si ellos lo desean, depende de ellos, pero si lo hacen no serán más Hopi.
Dado que soy del Clan del Sol, y que el Sol es el padre de todas las cosas vivas, amo a mis hijos. Si ellos se dan cuenta de lo que diga, me deben ayudar a salvar este mundo.
Los Hopi hemos sido puestos de este lado de la Tierra para cuidar de ella a través de ceremonias, tal como otras razas de gente han sido puestos en otras partes alrededor de la Tierra para cuidarla con sus propias costumbres. Juntos mantenemos el mundo equilibrado, girando como debe ser. Si los Hopi desaparecen, el movimiento de la Tierra se hará excéntrico, el agua se tragará la tierra, la gente perecerá, y las hormigas heredarán la tierra. Sólo un hermano y una hermana pueden ser dejados para comenzar una nueva vida.
EL HOPI LEAL ENCUENTRA SU PRUEBA
Los Bahanna vinieron con gran ambición y generosidad, muy ansiosos de dar una mano para ayudar a "mejorar" nuestra forma de vida, estableciendo escuelas para enseñarnos las "mejores costumbres" de esta vida. Nos ofrecieron su medicina y sus prácticas médicas, diciendo que eso nos ayudaría a vivir más. Se ofrecieron para ayudarnos a marcar nuestros límites, aclamando que de esa forma tendríamos más tierra. En todas las villas rechazamos sus ofertas. Trataron de muchas maneras de inducirnos a aceptar, pero fallaron a hacernos aceptar sus deseos, porque éramos una sola unidad entonces, creyentes en las instrucciones de Maasau’u.
Su próximo intento fue el miedo. Formaron una fuerza policial que consistía en parte de cierta gente que había sido tentada por sus ofertas y las habían entregado armas. Nos amenazaron con arrestarnos y llevarnos a prisión, pero todavía nos mantuvimos firmes. Las amenazas de arresto y cárcel fueron puestas en práctica. Los habitantes de las villas entraron en pánico y los más débiles comenzaron a someterse. En Oraibi, el liderazgo de nuestra villa cayó cuando Loloma (el Clan del Oso) hizo un acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos.
Nosotros, los que todavía teníamos fe en Maasau’u, incluyendo los principales sacerdotes de los órdenes religiosos, se juntaron y rechazaron la propuesta de Kikmongwi de someterse. Nos sentamos juntos y fumamos y rezamos para que fuéramos lo suficientemente valientes como para mantener nuestra posición. Sacamos las tablas de piedra y las estudiamos en cada detalle, Cuidadosamente revisamos el mapa del camino escrito en la piedra cerca de nustra villa. Este es el plan que siempre debemos seguir, ya que está en orden y completo. Reconocimos que el Clan del Fuego (es decir, mi padre, Yukiuma) debía liderar, ya que su símbolo, el de Maasau’u, está a la derecha de la caña y mira hacia fuera. También interpretamos que, ya que nuestra forma de vida había sido contaminada, debíamos mudarnos a un nuevo lugar donde fuéramos capaces de continuar el camino sin interferencias, y poder así continuar con nuestros ritos ceremoniales para todos los seres.
Fumamos y rezamos de nuevo, y reconsideramos que esta villa, Oraibi, era nuestra villa madre. Todos nuestros sagrados altares están arraigados aquí y no debían ser desatendidos. Sabíamos que el camino era difícil, con muchos obstáculos. Sabíamos que seguiríamos siendo molestados por los recién llegados, y que todavía teníamos que soportar todas las pruebas de debilidad, por lo que estuvimos de acuerdo en quedarnos.
Los problemas comenzaron. El gobierno quiso que todos los niños Hopi fueran colocados en escuelas. Dijeron que sería bueno para nosotros, pero nosotros sabíamos que esto "bueno" sólo sería superficial, y que lo que había debajo destruiría la vida cultural de los Hopi. Puede que ellos creyeran que con una educación los niños fueran capaces de ayudar a los viejos, pero sabíamos que eso no era así, ya que aprenderían a pensar como los hombres blancos, por lo que nunca ayudarían a los viejos. En cambio, serían adoctrinados y incitados a volverse en contra nuestra, como lo están haciendo realmente hoy. Con el objeto de estar bien, de acuerdo a las instrucciones del Gran Espíritu, nos opusimos a mandar a los niños a las escuelas.
Así es que cada semana ellos mandaban policías, muchos de ellos. Ellos rodeaban las villas y cazaban los niños en edad escolar. No podíamos estar felices, ya que esperábamos tener problemas cada día. Los padres que se negaban a cooperar eran arrestados y mandados a prisión. Nos impusieron cosas inhumanas, hambruna, insultos y humillación para someternos. Aun así, más de la mitad de los líderes de los clanes y las sociedades religiosas se negaron a aceptar algo que viniera del gobierno. Por esta razón los que se habían sometido se burlaron de nosotros y nos trataron como parias. Finalmente, ellos mismos decidieron hacer algo con nosotros, ya que les impedíamos conseguir ciertos favores del gobierno.
Esto ocurrió cuando el sucesor de Loloma, Tewaquaptewa se convirtió en el jefe de Oraibi. Bajo su liderazgo fue que se registró el triste suceso de la expulsión de los Hopi fieles de Oraibi. Como éramos "hostiles", tal como nos llamaron los misioneros y los empleados gobierno, y nos oponíamos a seguir sus deseos y aceptar la forma de vida de los blancos, él decidió expulsarnos en masa. Pensó que sin nuestra interferencia podría disfrutar mejor de las cosas buenas ofrecidas por los Bahanna.
LOS HOPI FIELES EXPULSADOS DE ORAIBI
El 7 de septiembre de 1.906, al mando del mismo jefe Tewaquaptewa, entraron en la casa donde estábamos discutiendo las profecías y nos echaron fuera. No nos resistimos hasta que nos mostraron sus rifles y armas, y comenzaron a golpearnos. Entonces nos resistimos hasta el punto de defendernos de que nos lastimaran. Yo estaba "muerto", y sangrando, mi sangre fluyó dentro de la Madre Tierra, una señal profética de que el Purificador vendría en siete días y que debíamos por eso abandonar Oraibi. Cuando regresé a la vida, toda mi gente se había juntado para irse. Mi padre, Yukiuma, fue elegido para ser el líder. Las mujeres y los niños, con pocas pertenencias en sus espaldas, un poco de comida y sin calzado, estaban preparados para partir. Algunos trataron de volver a sus casas para tratar de rescatar algo más de valor, o más comida, pero eran regresados. - En el Libro de los Hopi (The Book of Hopi) se decía que nos permitieron volver por nuestras pertenencias, pero no fue cierto. Ese libro no es preciso-. Luego de haber salido, supimos que nuestras casas habían sido saqueadas, nuestros caballos soltados en nuestros campos y comido nuestras plantaciones, que estaban listas para ser cosechadas.
Por lo tanto, tuvimos que migrar una vez más para encontrar una nueva casa, dejando atrás un mundo corrompido con confusión. Buscamos de empezar una nueva vida, llevar a cabo los ciclos de ceremonias, y preservar nuestra forma de vida sin interferencias, pero ahora sabemos que aquello era un sueño trunco, ya que la interferencia ha continuado hasta nuestros días.
LA FUNDACION DE LA VILLA DE HOTVELA
La villa de Hotvela fue establecida con un solo propósito, el de mantenerse firmemente bajo las instrucciones del Gran Espíritu y cumplir con las profecías hasta el final. Fue establecida por la buena gente, gente de un-solo-corazón que realmente vivían esas instrucciones. El agua era abundante, lo mismo que la madera, con la que construimos refugios temporarios en los que se suponía íbamos a sobrevivir a través del frío invierno con muy pocas frazadas. La comida era escasa, pero nos la arreglamos para vivir de la tierra cazando animales y recogiendo verduras. Estábamos juntos en unidad, pero seríamos divididos en dos de nuevo, debido a la extrema presión del exterior.
ATAQUES RENOVADOS
Todavía nuestras huellas no se habían borrado de Oraibi, cuando una mañana temprano nos encontramos rodeados por tropas de gobierno. A toda la gente, incluyendo los niños, les fue ordenado marchar 6 millas hasta un lugar debajo de Oraibi. Desde allí todos los hombres fueron conducidos en una marcha de 40 millas a la Agencia Militar de los Estados Unidos en Keams Canyon (Cañón de Keams), donde fueron puestos en prisión por alrededor de un año y medio, por no haber aceptado la generosa oferta de la educación de nuestras hijos, entre otras cosas.
La primer cosa que nos ordenaron hacer, fue la de firmar papeles. Nos rehusamos. Entonces nos encerraron bajo llave dentro de un edificio, sin comida y con muy poca agua por varios días hasta que estuvimos muy hambrientos. Entonces trataron de nuevo a inducirnos a firmar papeles, prometiéndonos que nos alimentarían y nos dejarían ir, pero nos rehusamos de nuevo. Trataron con otros engaños para hacernos firmar, pero nos negamos en cada oportunidad. Entonces nos llevaron a la herrería, donde nos remacharon grilletes y cadenas en nuestras piernas, y nos juntaron de a dos. De esta forma fuimos forzados a trabajar en una cuadrilla de caminos por largas horas cada día, trabajando peligrosamente con dinamita en profundos acantilados de piedra cerca de la agencia. Ese camino es ahora la fundación de la ruta que todavía usamos hoy.
A la noche éramos atados en grupos de seis por medio de cadenas largas. Para hacer mejor la tortura, le agregaban jabón a la comida, que nos hacía enfermar del estómago. Cuando uno de los hombres tenía que ir al retrete, los seis tenían que acompañarlo. Todo el tiempo, para aquellos que se debilitaran, existía la oportunidad de firmar ciertos papeles. Durante este período ,a mi padre, Yukiuma, lo tenían prisionero en otra parte por lo que yo hacía de líder.
Mientras estuvimos en prisión, sólo las mujeres y los niños, y puede que algunos viejos, les fue permitido dejar el lugar. Tenían poca comida, pero milagrosamente ese invierno hubieron muchos conejos y animales salvajes para cazar, y de esa manera pudieron sobrevivir el duro invierno con esa dieta de carne. Fue muy difícil mientras los hombres no estaban. Los viejos solían hablar de ello. Las mujeres mismas tenían que juntar la leña. Mi madre me solía contar formaban grupos de cacería y hacían que los perros las ayudaran. Teníamos una pequeña manada de ovejas que ellas cuidaron mientras estuvimos presos. Durante la época de cultivo, ellas plantaron y cuidaron de los cultivos, e hicieron todo el trabajo que normalmente hacen los hombres, para sobrevivir.
LA RUPTURA CONTINUA TODAVÍA
Durante este período un grupo liderados por Kawonumptewa (Clan de la Arena), temiendo aun peor presión del gobierno, retornó a Oaibi para seguir al jefe Tewaquaptewa y aceptar las costumbres del hombre blanco, pero fueron rechazados y conducidos fuera. Se establecieron como a tres kilómetros de Hotvela, donde fundaron la villa de Bacobi. Al no ser capaces de tener éxito, le pidieron ayuda a la agencia del gobierno, quienes felizmente les proveyeron cosas tales como materiales de construcción. Ahora ellos aceptan casi completamente la forma de vida del hombre blanco, junto con su religión. De acuerdo con las leyes del Gran Espíritu, ellos son ahora gente sin tierra. Su único patrimonio son sus moradas. Pero a través de ellos es que la agencia consiguió el permiso que sirvió de muestra para construir una escuela en la tierra de Hotvela, y apoyados por la agencia se apropiaron de tierras de la gente de Hotvela. También es a través de ellos que el gobierno ha construido una torre de agua en tierra de Hotvela, que suministra agua corriente a la escuela y a la villa de Bacobi, mientras que les quita el suministro a la gente de Hotvela. La mayoría de la gente de Hotvela se rehusó a utilizar agua de esa torre. Muchos de los problemas creados por los Bacopi todavía existen hoy. Puedo recordar mucho más de lo que espero saldrá a la luz.
Hoy enfrentamos el peligro de poder perder nuestra tierra completamente. A través de la influencia del gobierno de los Estados Unidos, alguna gente con sangre Hopi ha organizado lo que ellos le llaman "Concejo Tribal Hopi" (Hopi Tribal Council), con un modelo de acuerdo al plan ideado por el gobierno, y con el propósito de negociar directamente con el gobierno y la actividad privada. Ellos proclaman actuar por el interés de los Hopi, a pesar de ignorar los líderes tradicionales existentes y representar una pequeña minoría de gente de sangre Hopi. Grandes áreas de nuestra tierra han sido cedidas en contratos de "leasing", y este grupo está aceptando ahora una compensación de la "Comisión de Reclamos Indígenas" (Indian Claims Comission) por el uso de casi 18.000.000 de hectáreas de tierra Hopi. Hemos protestado toda estas acciones, pero si éxito.
Ahora este Concejo se ha formado ilegalmente, aun de acuerdo a las leyes del hombre blanco. Nosotros los líderes tradicionales lo hemos desaprobado y protestado desde el principio. Contrariamente, ellos se han organizado y han sido reconocidos por el gobierno de los Estados Unidos con el propósito de disfrazar sus malas acciones al mundo externo. No tenemos representantes en esta organización, ni estamos legalmente sujetos a sus regulaciones y programas. Los Hopi somos una nación soberana independiente, por la ley del Gran Espíritu, pero el gobierno de los Estados Unidos no quiere reconocer a los líderes aborígenes de esta tierra. En cambio, reconoce solamente lo que ellos mismos han creado con nuestros hijos de manera tal de llevar a cabo su plan de reclamar toda nuestra tierra.
Por ello, ahora enfrentamos la mayor amenaza de todas, la pérdida real de nuestras plantaciones de maíz y jardines, nuestros animales y animales salvajes, y nuestra provisión de agua natural, que pondría fin a la forma de vida Hopi. Urgidos por el Departamento del Interior de los Estados Unidos, el Concejo Tribal ha firmado varios contratos de "leasing" con una empresa privada de afuera, la "Compañía Carbonífera Peabody" (Peabody Coal Company), permitiéndoles explorar nuestra tierra en busca de depósitos de carbón mineral, y destripar las mesetas sagradas, vendiendo el carbón a varias empresas de energía grandes. Esto es parte de un proyecto ideado para traer industria pesada a nuestra área en contra de nuestra voluntad. Sabemos que todo esto contaminará los campos y tierras de pastoreo, y hará que se vayan los animales silvestres. Gran cantidad de agua será bombeada desde debajo de nuestra tierra desierta y será usada para empujar el carbón a las plantas de energía en otro estado (Nevada). La pérdida de esta agua afectará nuestras huertas, así como también las áreas de pastura de nuestros animales. Esto también amenaza nuestras sagradas vertientes, nuestra única fuente de agua, de la que hemos dependido por siglos.
Nosotros los hopi sabíamos que todo esto ocurriría, porque este es el Plan Universal. Fue planeado por el Gran Espíritu y el Creador que cuando el hombre blanco viniera, nos ofrecería muchas cosas. Si aceptáramos esas cosas ofrecidas por el gobierno, eso sería la condena de la nación Hopi. Hopi es el origen de sangre de este continente, mientras que otros lo son de otros continentes. Por ello, si el Hopi es condenado a muerte, el mundo entero será destruido. Esto lo sabemos, porque lo mismo ocurrió en el otro mundo. Por ello, si queremos sobrevivir, debemos volver a vivir en la forma en que lo hacíamos al principio, de una forma pacífica, y aceptar todo lo que el Creador nos ha provisto para seguir.
Las leyes del blanco son muchas, pero la mía es una. Las de ellos están todas apiladas. Muchas personas las han hecho, y muchas de ellas son hechas todos los días. Pero la mía es solamente la del Creador, una sola. Y ninguna hecha por el hombre he de seguir, porque es siempre cambiante y condenará a mi pueblo.
Sabemos que cuando el momento llegue, los Hopi serán reducidos a tal vez una, dos o tres personas. Si puede resistir la presión que está en contra de la tradición, el mundo podría sobrevivir de la destrucción. Estamos en la etapa en la que debemos permanecer solos, libres de los elementos impuros. Debo continuar guiando a mi gente por la senda que el Gran Espíritu nos hizo para viajar a través. No desprecio a nadie. Todos aquellos que sean leales y confíen en las enseñanzas del Gran Espíritu, están en libertad de seguir el mismo camino. Enfrentaremos muchos obstáculos a lo largo del camino. La forma pacífica de vivir puede ser llevada a cabo solamente por gente de gran coraje, y por la purificación de todas las criaturas vivientes. Las enfermedades de la Madre Tierra tienen que ser curadas.
Como decimos, los Hopi fueron la primer gente creada. Ellos deben curar las enfermedades de los descendientes de su propia sangre, de manera que todo se vuelva pacífico naturalmente, por la voluntad del Creador. Él curará al mundo. Pero ahora los Hopi han sido lastimados. Para nosotros este es un signo de que el mundo está en problemas. Por todo el mundo la gente confundida ha estado peleando, y esto se pondrá peor. Sólo a través de la purificación de los Hopi es que se acabarán los problemas aquí en esta tierra. No hemos sufrido todo estas penurias y castigo por nada. Vivimos bajo estas profecías y enseñanzas, y no importa qué ocurra, no desistiremos bajo ninguna presión de nadie.
Sabemos que cierta gente está encargada de traer la Purificación. Es el Plan Universal desde el principio de la creación, y ahora los esperamos para que nos traigan la purificación. Está en las escrituras en piedra alrededor del mundo, en diferentes continentes. Estaremos juntos si la gente de todo el mundo lo conoce. Por ello, nosotros le rogamos esparcir esta palabra así la gente la conoce, y los que hayan sido encomendados se apurarán con su tarea, de purificar a los Hopi y de deshacerse de aquellos que empañan nuestra forma de vivir.
He hablado. Deseo que este mensaje viaje a los cuatro rincones de esta tierra y a través de las grandes aguas donde la gente de comprensión pueda considerar estas palabras como de sabiduría y conocimiento. Esto es lo que deseo. La gente puede tener diferentes opiniones de las cosas, pero por la naturaleza de las creencias en las que se basan los Hopi, espero que por lo menos uno esté de acuerdo, puede que aun dos. Si tres están de acuerdo serán valiosas muchas arrugas.
Yo estoy por siempre mirando y rezando al este, al sol naciente, para que mi verdadero hermano blanco vuelva y purifique a los Hopi. Mi padre Yukiuma, solía decirme que sería el que asumiría como líder en ese momento, porque pertenezco al Clan del Sol, el padre de todas las gentes de la tierra. Me dijo que no renunciara, porque soy el primero. El Sol es el padre de todas las cosas vivas en la tierra. Por eso no cedido. Espero que ustedes entenderán lo que estoy tratando de decirles.
Yo soy el Sol, el padre. Con mi calor todas las cosas son creadas. Ustedes son mis hijos, y estoy muy preocupado por ustedes. Los abrazo para protegerlos de ser lastimados, pero mi corazón está muy triste de ver que abandonan mis brazos protectores y se destruyen entre ustedes. Desde el pecho de su madre, la Tierra, recibirán su nutrición, pero Ella está seriamente enferma como para darles alimentos puros. ¿Qué es lo que pasará? ¿Elevarán el corazón de su padre? ¿Curarán las enfermedades de su madre? ¿O ustedes nos abandonarán y dejarán con tristeza, para que seamos liberados a la suerte? No quisiera que esta palabra sea destruida. Si este mundo es salvado, todos se salvarán, y quienquiera no ceda completará este plan con nosotros, de manera que todos estaremos felices en el Sendero Pacífico.
La gente en todas partes debe dar a los Hopi su más seria consideración, a nuestras profecías, enseñanzas, y celebración de ceremonias, ya que si los Hopi fracasan, esto disparará la destrucción del mundo y toda la humanidad.
He hablado por boca del Creador. Pueda el Gran Espíritu guiarlos en la senda correcta.