el paraiso perdido

Reflexiones sobre el mundo del misterio sobre sus investigadores, el uso y abuso que de el hacen, siendo sus victimas los creyentes en los fenomenos mal llamados paranormales. Tambien de vez en cuando se podra leer reflexiones mas mundanas y tangibles pues si el misterio se rodea de magia la Vida misma es mágica y todo fuera de ella esta vacio de misterio

miércoles, septiembre 06, 2006

Suicidio cuantico



"La muerte, para acabar conmigo, tendrá que contar con mi complicidad" / M. Yourcenar

Suicidio Cuántico.

¿Por dónde empezar?... Quizá por decirles que lean esta anotación de manera lenta, acaso reflexiva, y por solicitarle a cualquiera que tenga más claro este tema que me eche una mano con lo de la explicación que bastante la necesito.
Como sea, aquí va lo que mi cabeza tiene claro a este respecto. Por favor apliquen su imaginación.
En la Mecánica Cuántica el Suicidio Cuántico es un "experimento imaginario" [expresión que deriva del término alemán Gedankenexperiment acuñado por Ernst Mach], un intento por solucionar un problema usando el recurso humano de la imaginación.
En este caso tal experimento fue propuesto de manera independiente por Hans Moravec, en 1987, Bruno Marchal, en 1988, y desarrollado años después (1998) por Max Tegmark.
Con él se pretende distinguir entre la "Interpretación de Copenhague" de los mecanismos cuánticos y la "Interpretación de Múltiples mundos" utilizando para ello una variación del experimento del "Gato de Schrödinger."
¡Oops! ¡Stop Stop! ¿Qué qué?
Vamos entonces, como dijo Jack, por partes:
La Mecánica Cuántica es la parte de la Física que estudia el movimiento de las partículas muy pequeñas. ¿Por qué?
Porque "los sistemas atómicos y las partículas elementales no se pueden describir con las teorías que usamos para estudiar los cuerpos macroscópicos (como las rocas, los carros, las casas, etc.). Esto de debe a un hecho fundamental respecto al comportamiento de las partículas y los átomos que consiste en la imposibilidad de medir todas sus propiedades simultáneamente de una manera exacta. Es decir en el mundo de los átomos siempre existe una INCERTIDUMBRE que no puede ser superada. La mecánica cuántica explica este comportamiento."
Palabras más palabras menos, y con un amplio margen de posibilidad de que lo que voy a escribir sea un exabrupto, la Mecánica Cuántica es un intento por responder a la pregunta:
¿cuándo y dónde diantres está un átomo?
¿Más o menos claro? Sigamos pues:
Dos resultan ser las suposiciones más importantes de esta teoría:
"1. La energía no se intercambia de forma continua, sino que en todo intercambio energético hay una cantidad mínima involucrada, es decir un “cuanto” (cuantización de la energía).
2. Al ser imposible fijar a la vez la posición y el momento de una partícula, se renuncia al concepto de trayectoria, vital en Mecánica clásica. En vez de eso, el movimiento de una partícula queda regido por una función matemática que asigna, a cada punto del espacio y a cada instante, la probabilidad de que la partícula descrita se halle en tal posición en ese instante (al menos, en la interpretación de la Mecánica cuántica más usual, la probabilística o "de Copenhague"). A partir de esa función, o función de ondas, se extraen teóricamente todas las magnitudes del movimiento necesarias."
Según el punto dos la respuesta entonces al ¿cuándo y dónde? viene siendo una onda.
Sin embargo, como caminamos por el campo de las probabilidades ésta no es una única onda sino un paquete de ondas, posibles caminos a tomar por nuestra partícula, centrado alrededor de alguna posición media, digamos que la más probable, pero no la única, insisto.
Las funciones de onda pueden además transformarse con el transcurso del tiempo. Así que según pasa el tiempo, el centro de nuestro anterior paquete de ondas puede trasladarse, cambiar, de modo que la partícula parece estar localizada más precisamente en otro lugar.
Esta evolución temporal de las funciones de onda es descrita por la Ecuación de Schrödinger.
No obstante, cuando realizamos una medición sobre la partícula de la que hemos estado hablando, el paquete de ondas se reduce y se convierte tan sólo en una de aquellas funciones propias de la partícula.
Este proceso es conocido como reducción de la función de onda. Lo curioso es que "las probabilidades relativas de ese colapso sobre alguno de los estados propios posibles es descrita por la función de onda instantánea justo antes de la reducción."


El "experimento imaginario" del Gato de Schrödinger nos sirve para ilustrar lo anterior:
Imaginen un entorno conformado por una caja cerrada y opaca (de manera que nadie puede ver en su interior antes de abrirla) que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de posibilidades de desintegrarse y un dispositivo tal que hará que el frasco se rompa si la partícula se desintegra, y claro si el frasco se rompe el gato, por la acción del veneno, se muere.
¿Lo imaginaron?
Noten ahora que todo aquel sistema depende del estado final de un único átomo que actúa de acuerdo a las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como el gato forman parte de un sistema sometido a las leyes de tal Mecánica.
Mientras no abramos la caja no podremos saber en qué estado se encuentra el gato y su paquete de ondas se mueve entre el 50% de estar vivo y el 50% de estar muerto, el estado del gato, en esta situación, fluctúa entonces entre la vida y la muerte hasta que la caja no se abra.
En el momento en que es abierta la sola acción de mirar el gato nos reduce tal función de ondas y el animal pasa a estar vivo o muerto sin posibilidad ya de fluctuar.
¿Me siguen? Continúo entonces.
La pregunta que surge aquí es si efectivamente es la acción de mirar la que determina la reducción de la onda.
Según la "Interpretación de Copenhague", formulada en los años 20 por Niels Bohr, la respuesta sería afirmativa pues:
"Un sistema físico existe en uno y sólo uno de sus estados posibles después de realizar una medición. Es decir después de observarla y por lo tanto después de haber interferido en el sistema físico como tal. La observación no tiene que ser forzosamente a través de la vista, puede ser cualquier otro sentido que nos aporte información vivencial sobre el sistema o complejo físico a medir. Antes de la medición, el sistema no posee existencia física y sólo puede describirse en términos de la probabilidad de cada posible resultado de una medición."


Pero en 1957 Hugh Everett III formula su "Interpretación de los Múltiples mundos" en la que al abanico de la función de ondas de cada partícula le corresponde una serie de múltiples mundos posibles, excluyentes unos de otros, en la que cada una de las reducciones se realizaría.
De tal manera que no es la acción de mirar la que determina la reducción de la onda sino que cada posible camino que puede tomar una partícula será tomado por ésta en un abanico de mundos paralelos.
Así pues según Everett el Gato de Schrödinger tiene 50% de mundos paralelos en los que muere y otro tanto en los que no.
y es aquí donde llegamos a don Max Tegmark y al "experimento imaginario" del Suicidio Cuántico.


La idea básica aquí es establecer un sistema en el que nos aproximemos al punto de vista del gato, no estaremos ya fuera de la caja sino adentro.
Imaginemos pues:
Un físico se sienta delante de un arma que tiene un dispositivo que la hará dispararse tras la desintegración de una partícula radiactiva que tiene un 50% de posibilidades de desintegrarse.
Si la "Interpretación de Copenhague" es correcta aquel hombre tiene pues el 50% de posibilidades de que la partícula se desintegre y le obligue a tragar del arma un fogonazo mortal y es él ahora el que fluctúa entre la vida y la muerte, pero no ya hasta que se abra la caja sino hasta el instante mismo en que sus ojos comprueben que "!Malaya! Que suerte tan jodida la mía esa P*u#t&a* partícula se esta desintegran… BANG"
Pero si es Everett el que está en lo cierto eso tan sólo pasará en el 50% de mundos paralelos en los que el arma se dispara.
Lo interesante viene aquí, ya que a nuestro físico le queda un 50% de mundos paralelos en los que no sólo no morirá sino que nada de lo que haga por matarse funcionará, por más que repita una y otra vez el experimento él no morirá, lo que lo llevará en algún momento a comprender su inmortalidad.
Desafortunadamente los resultados de la investigación del físico inmortal son incomunicables, recordemos que está dentro de la caja y en el momento que salga de ella nada le garantizará a un observador externo que aquel personaje se mantiene vivo por el 50% de Copenhague o de Everett.
En todo caso don Hugh Everett si estaba más que convencido que su teoría implicaba la inmortalidad en los mundos paralelos del multiuniverso y dicen las malas lenguas que alguna vez se le escucho decir que "su conciencia siempre encontraría el rumbo que no conduce a la muerte, sino al infinito".
Valga anotar que la hija del señor Everett, a los 39 años, resultó abandonando este mundo de manera voluntaria y dejó anotado en su carta final que lo dejaba por ir tras la búsqueda de un mundo paralelo mejor.
¿Lo habrá encontrado? La duda se justifica ¿No? Total es de Física Cuántica que estamos hablando.
Un abrazo y mi agradecimiento para todos aquellos lectores suicidiarios que se mantuvieron tercos hasta el final de esta anotación.

para leer y saber mas :

Curiosidades Suicidas.

2 Comments:

Blogger Rodolfo Escobar said...

nunca habia escuchado nada sobre el suicidio cuántico, que interesante.

17 de febrero de 2008, 20:17  
Blogger liszfree said...

Si es muy interesante la teoría de los mundos paralelos
si Everett esta en lo cierto
habrá encontrado su hija un mundo paralelo mejor? tiene bastantes posibilidades ¿no crees?
da para pensar en la eternidad
solo que nunca podremos demostrarlo
saludos
liszfree

17 de febrero de 2008, 21:52  

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