el paraiso perdido

Reflexiones sobre el mundo del misterio sobre sus investigadores, el uso y abuso que de el hacen, siendo sus victimas los creyentes en los fenomenos mal llamados paranormales. Tambien de vez en cuando se podra leer reflexiones mas mundanas y tangibles pues si el misterio se rodea de magia la Vida misma es mágica y todo fuera de ella esta vacio de misterio

jueves, octubre 18, 2007

El Barranco de Badajoz























FOTOS EN EL BARRANCO DE BADAJOZ - ZONA DE GÜIMAR – TENERIFE.

Petición particular que me hizo Juanca Romero para ANGULO 13.

La primera anotación que quiero hacer antes de
comenzar mis explicaciones es la siguiente:
Estas fotos del Barranco de Badajoz, han sido editadas
en varias páginas web y revistas especializadas, ejemplo:
(MÁS ALLÁ, nº 184/4/2004, de la página 18 a la 26) siendo el
autor del artículo Paco Padrón y las imágenes que lo acompaña
realizadas por el fotógrafo Teyo Bermejo. Aunque
desgraciadamente no podemos tener entre nosotros a Paco
para que ratifique la entrega personal del material aquí
expuesto en ningún momento pretendo sacar beneficio
económico de esta investigación, simplemente doy una opinión
personal sobre este material fotográfico, recibido en su
momento para estudiarlo.
Hace ya algunos años por la amistad y correspondencia que llegamos a mantener, Paco
Padrón y yo, me envió a mi correo electrónico una serie de fotos para que le diera mi
opinión personal, entre ellas había varias realizadas por su amigo y fotógrafo Teyo Bermejo
durante el transcurso de las investigaciones realizadas en varios puntos de las islas entre
las que se encontraban algunas del barranco de Badajoz de la zona geográfica y local de la
villa de Güimar.
Entre los años 1991 al 2004, la prolífera actuación fotográfica de Teyo en “zonas
ufológicas calientes”, dio como resultado fotos polémicas, inquietantes y curiosas, estas se
relacionaban con entes o seres luminosos, líneas energéticas, bolas luminosas casi
transparentes en el entorno del barranco e incluso momentos relacionados con visiones de
extraterrestres y objetos voladores no identificados, estas eran la forma de definir en
general las fotos recibidas.
En cada una de ellas aparecían extraños objetos, iluminaciones inexplicables, luces
que como ráfagas fantasmales atravesaban de un lado a otro el formato de la propia foto
sin establecer ningún orden ni concierto, más bien, formas arbitrarias y movimientos
casuales.
Desgraciadamente por problemas y avería en el antiguo ordenador que tenía, perdí
parte de ese valioso archivo fotográfico, sus correspondientes análisis, los resultados y mi
opinión personal dada a Paco, sobre lo que pudiera ser o no ser cada uno de esos extraños
acontecimientos que habían quedado plasmados en los químicos de cada instantánea
obtenida posiblemente en el barranco de Badajoz.
Una de las peticiones que le hice a Paco Padrón fue que consiguiera los negativos de
esas fotos para poder revisarlos y encontrar en ellas una información muy valiosa para
comenzar la investigación partiendo de elementos más difíciles de “manipular”, pero, una
serie de circunstancias desconocidas impidieron hacerme de ese material.
Dentro de esa serie de fotos aparecía una en la que varios señores estaban alrededor
de brasas encendidas, se podían apreciar varios puntos llameantes y una serie de líneas
anaranjadas que recorrían parte del fondo y atravesaban como una espada flamígera la
instantánea.
El resto de las fotos eran tan solo líneas, franjas y manchas con una amplia gama de
tonos de colores, estas interrumpidas de forma zigzagueantes sobre fondos oscuros. Daban
la sensación de inestabilidad, nerviosismo o incluso mal pulso por parte del fotógrafo que
había realizado ese reportaje.
Con los datos que identificaba Padrón el material recibido pretendí ser lo más fiel al
producto que tenia entre manos, olvidarme de las connotaciones tanto a nivel ufológico
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como paranormales que pudieran tener dichas impresiones fotográficas y simplemente
intentar ser racional a la hora de valorar cada una de ellas.
Una difícil labor se me planteaba a partir de el “SI… quiero…, dado a Paco Padrón”,
pero mucho más interesante era para mí poder conseguir partiendo tan solo de unas pocas
fotos dar una razonable y objetiva valoración racional de lo que allí podía verse físicamente,
sin entrar en lo que se había pretendido y dicho hasta ese momento en todas las revistas y
medios alineados con la parapsicología y ufología.
Casi toda mi investigación la volqué sobre la foto más
vistosa de todas ellas, la que se pretendía fuera el buque
insignia de las investigaciones realizadas en el barranco “esta
foto aparecía como encabezado del artículo en la revista Más
Allá nº 184”, no obstante, del resto de fotos revisadas la
valoración de cada una de ellas, aunque aquí en esta
investigación no aparecen los resultados puedo decir que se
engloban por las características similares sobre la foto
pretendida y aparecida en este pequeño artículo.
No pretendo que este sea aburrido, metódico y mucho
menos, repleto de palabrería científica que lo único que
conlleva es el perderse en extrañas e incomprensibles
palabras, simplemente, pretendo hacerles llegar la forma más
fácil de explicar los resultados obtenidos.
LA FOTO
La instantánea que aquí se reproduce,
técnicamente se puede explicar como una foto
nocturna, expuesta con una apertura de
diafragma fijo y acondicionando
automáticamente la prioridad al tiempo de
exposición atendiendo a la fuente de luz del
sitio donde se hizo la instantánea, la cámara
fotográfica de tipo reflex, analógica, con
objetivo corto que no sobrepasa los 60m/m.,
(la marca tanto de la cámara como del
objetivo es lo menos importante ya que
cualquier cámara moderna tiene estas
funciones y elementos automáticos de
ajustes), se puede llevar acondicionado el
modo de función indistintamente tanto en
prioridad de tiempo de exposición o con la
prioridad de apertura de diafragma.
La diferencia de cada uno de estos
modos de prioridades consiste en lo siguiente:
Modo apertura automática: atendiendo
al sensor TTL o en modo manual mide la
recepción de luz ponderada, este prevee la
apertura del diafragma del objetivo colocado en ese momento en la cámara de fotos
haciendo que se abra o cierre hasta compensar la cantidad de luz que le tiene que llegar al
tipo de película que en ese momento está montada. Ese tipo de película se identifica según
la sensibilidad (ISO o ASA) reconocida y estandarizada mundialmente en todos los
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formatos tanto en las películas de cliché negativo o día positivas. (conforme más alto sea el
valor determinado en ASA de la película utilizada (68,100,400,1600…), más sensibilidad
tiene esta y más rápida es la impresión que se produce en el cliché), por lo que a mayor
número ASA menos tiempo de exposición se necesita en condiciones normales de uso o más
efectiva a la hora de utilizarla en exposiciones nocturnas, aunque la calidad de este tipo de
película varía no es relevante para este caso.
Modo de tiempo de exposición: Así como en el caso anterior podíamos manipular la
cantidad de luz, en este caso lo que se pretende es hacer pasar durante un tiempo
estimado por la foto célula de la cámara la luz suficiente para impresionar adecuadamente
y como en el caso anterior el cliché fotográfico.
Ni que decir tiene que con estas dos prestaciones podemos hacer miles de
combinaciones tanto utilizando los sistemas de menús automáticos de la propia cámara,
como forzarlos manualmente ajustando los dos parámetros mencionados con las
combinaciones apropiadas al motivo que queramos fotografiar.
Una vez aclarado este proceso algo complicado pero fácil cuando se le comprende
comienzo a determinar las constantes que se pueden apreciar en esta fotografía.
Recuerdo que la foto mencionada
anteriormente de las personas que alrededor
de la fogata posaban tenía unas ráfagas casi
idénticas a la que estamos investigando en
este caso (esa foto fue una de las muchas que
me desaparecieron y pretendo paliar esa
pérdida con otra parecida de distinto autor
toma y sitio para que veáis la similitud de los
trazos).
Esta instantánea no está presentada en
su formato original y se ha recortado para limitar el elemento principal como base y centro
de atracción visual, la denominan en algunas revistas como el ángel y en otras como el ser
alado. La forma en la que fue obtenida por Teyo siguiendo un extraño ruido oído a modo de
aleteo de ave, es una de las pistas a tener en cuenta a la hora de valorarla ya que me lleva a
la conclusión que la oscuridad reinante le hizo hacer la foto a ciegas y siguiendo un rastro
perceptivo, hasta aquí una reacción muy plausible, pero en lo que no cayó el fotógrafo es en
verificar el modo en el que se encontraba la cámara fotográfica en ese momento, “por mis
propias experiencias adivino que la posición de su ajuste permanecía en modo automático,
con la apertura de diafragma “f” ya prefijado, aproximadamente sobre 4’6f, este
parámetro acondicionado al tipo de sensibilidad “400 ASA” de la película utilizada me lleva
a la conclusión que la cámara automáticamente se reajusta en modo tiempo de exposición
que es la prioridad acondicionada por tener la apertura fijada o enclavada manualmente”, el
que el flash se disparase dentro del tiempo de exposición la milésima de segundo que dura
el destello solo percibió la luz una pequeña parte de la foto y el diafragma se mantuvo
abierto hasta completar el tiempo estimado por el modo auto de la cámara dejando sin la
poderosa luz de flash 3,9999 segundos. El tiempo de exposición llegó a alcanzar hasta los 4
segundos por lo que durante ese tiempo de apertura incontrolado pasó por delante de una o
varias fuentes de luz continua lo suficientemente estable como para ser percibidas en los
químicos del cliché y el movimiento tanto de Teyo como el
de su mano donde sujetaba la cámara hicieron movimientos
naturales en la tensión del momento vivido pocos segundos
antes.
La valoración que se establece sobre los colores que
se aprecian en las ráfagas, aparecen una serie de
parámetros medibles tanto espectrográficamente como
atendiendo las tablas o cartas de temperaturas de color
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denominadas y establecidas en grados kelvins “ºK”.
Las líneas más estrechas que se aprecian en la instantánea se identifican con una
fuente de luz dirigida con poco margen de dispersión y con un centro incandescente en
forma de “C” que se desplaza a todo lo largo de dichas líneas esta forma que se puede
apreciar es la de un filamento de lámpara incandescente alimentada por corriente continua.
Este tipo de filamentos realizados sobre un hilo revestido de tungsteno tienen la
característica que es un metal muy duro y su punto de fusión el más elevado de todos los
elementos le hace excepcional para usarlo en las bombillas y lámparas incandescentes.
La temperatura de color que se puede apreciar
según el estudio realizado sobre esta estela se identifica
entre los 2.000 y 2.200 ºK por lo que se puede
determinar que la potencia de ese elemento luminoso no
sobrepasa los 30 watios, mi experiencia me lleva a
sospechar que esas estelas definidas son productos de
linternas o focos alimentados por baterías y que portan
encendidos algunos de los presentes en el transcurso del
tiempo de exposición realizado en esa instantánea.
Si desmenuzamos nuevamente dicha foto y nos acercamos a las bandas luminosas más
anchas podemos apreciar que en determinados momentos de la impresión secuencial hay
focos concentrados de temperatura que dan la sensación de reducir y aumentar la
intensidad del nivel térmico haciendo que esos focos denoten por una parte fracciones de
tiempo mayores a la hora de impresionarse sobre el negativo o cliché por lo que los niveles
graduales kelvins se identifican dentro de la tabla en unos 1.800 ºK, este nivel de
intensidad está valorado en la tabla de temperaturas como focos de luz incandescentes
pero por combustión al aire libre sin estar encerrados en una capsula de vacío. Esa
valoración determina que ese foco de luz no es constante, aumentando y disminuyendo
paulatinamente en el momento de haber sido captado en la fotográfica, se puede
determinar como si fuera un parpadeo involuntario y fuera de secuencia estabilizada, no
tiene un tiempo continuo y tanto se debilita como aumenta el foco tanto luminoso como
térmico.
Me he permitido el cambiar los colores
naturales por otros espectrográficamente
simulados para dar una visión más
espectacular y comprensible a mis
explicaciones. Las zonas azules identifican un
punto térmico de mayor concentración de
energía mientras los verdes y rojos determinan
los pasos de diferencia térmica dentro de los
propios niveles escalonados de la temperatura
de color, este paso me hace deducir
nuevamente que este foco de luz que parecen
entrelazados y produciendo formas que se
pueden confundir o dar la sensación de
extraños rostros, plumas flameantes, y torsos
que parecen estar llenos de fuerza y
movimiento se identifica “según mi criterio
personal” como elementos térmicos
concentrados en maderas en combustión que
tintinean al compás de las posibles ráfagas de
viento de la zona por muy efímeras que sean en
ese momento.
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En la siguiente modificación de color de la foto “original” intento hacer la simulación
de lo que sería el negativo de esa foto en el propio cliché sin haber sido positivado sobre
papel, esta imagen negativa al no ser realmente la autentica, “original…”, pocos elementos a
estudiar se pueden extraer de el pero la expongo para que se pueda ver que en las zonas
oscuras, negras en la foto (blancas o transparentes, en el negativo), no existen elementos
escondidos o con poca intensidad como para extraer elementos de la zona en la oscuridad
más absoluta.
Otro elemento que no debo de pasar por alto y digno de tener en cuenta a la hora de
valorar la foto, Teyo asegura que utilizó el flash acoplado a su cámara. Curiosamente esa
fracción en la que el flash debe de hacer acto de presencia en el espacio de tiempo que es
efectivo sobre los químicos, al ser una imagen movida y recortada, no aparece ningún
elemento que identifique ese tiempo de máxima luz que tenía que haber quedado reflejada
dentro de ese negativo, también me lleva a sospechar que esa imagen está manipulada
eliminando elementos que pueden aportar datos de vital importancia a la hora de valorar la
instantánea ya que en ningún sitio de la propia foto aparece algo iluminado por una
temperatura de color de entre unos 3.500º y 3.800 ºK.
El resumen que propongo bajo mi propio criterio es
que en un momento determinado el fotógrafo Teyo Bermejo
realiza una foto instantánea en condiciones de luz fuera de
lo corriente, tanto la oscuridad, como la capacidad de
reacción ante un ruido extraño y la necesidad de conseguir
por encima de todo una foto que retenga el momento vivido,
hace que Teyo no acondicione correctamente los parámetros
o ajustes necesarios y propicios para conseguir lo que se
propone, deja fuera de juego tanto la velocidad de
obturación como el impacto de la milésima que establece el
fogonazo del flash, esta fuente por las condiciones de luz
citadas en el párrafo anterior, insisto que no aparece
reflejada.
Estas explicaciones que expongo en este artículo, solo
están sujeta a mi propia experiencia dentro del campo de la fotografía, tan solo a nivel
amateur pero con 40 años de experiencia arropado en mi familia por conocidos
profesionales de la foto de mi ciudad Sevilla, no quiero utilizar palabras raras, idiomas que
yo no conozca y mucho menos elementos que no se puedan consultar en cualquier manual o
tratado básico de fotografía.

Rafael Cabello Herrero.

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