Plantas Mágicas

La artemisa ha sido considerada una planta mágica desde hace miles de años y todavía hoy en día conserva el halo de misterio y más de uno la recolecta la noche de San Juan.

Los poderes mágicos de la artemisa residen en su capacidad de canalizar las energías del universo. Como la antena de un transistor o un resistente pararrayos, la planta atrae la energía positiva y repele la negativa. En el antiguo Egipto, se utilizaba la artemisa en las ceremonias, transportándola como si se tratara de un cirio, con el fin de protegerse de las energías. En la antigua Grecia, se la utilizaba para adorar a la diosa Artemisa y de allí heredó su nombre. Se decía que ayudaba en los partos, al igual que la diosa había ayudado a su madre a dar a luz a su hermano gemelo Apolo.

Pero el ropaje de misterio con el que se viste la Artemisa se creó en la Edad Media, cuando la Orden de la Rosacruz la incluyó en su lista de plantas mágicas y le otorgó poderes relacionados con el santo Grial. Hoy en día, se piensa que Rosenkreuz, fundador de la orden, fue un personaje inventado y nunca existió, pero lo cierto es que las brujas mantuvieron a la artemisa como una de las plantas mágicas. Las pitonisas, herederas de las brujas medievales, suelen tomarla para despertar el poder de la adivinación.