Documentos desclasificados, C.I.A.

Desde Europa hasta Asia, pasando por África, los crímenes cometidos por la CIA en sus décadas de existencia, han dejado en la memoria colectiva de los pueblos de esos continentes una estela de sangre imposible de borrar, pues se cuentan por decenas los genocidios, magnicidios, invasiones, conspiraciones, golpes de Estado y otras conjuras realizadas, siendo América Latina y el Caribe, el principal teatro de sus actividades, y donde el saldo de muerte y destrucción es tan elevado, que se cuentan por millones las víctimas fatales de sus tropelías en la región.

En 1954, la CIA organizó y financió el derrocamiento del presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz, y la inestabilidad y violencia desatada a partir de entonces por los gobiernos militares del país, títeres de Washington, provocaron la muerte y desaparición de más de 200 mil personas.

En 1963, la Agencia organizó y financió igualmente en República Dominicana otro golpe de Estado, esta vez contra el presidente Juan Bosch e invadieron el país mientras que las tropas del régimen títere de Joaquín Balaguer, impuesto por Washington asesinaron al militar institucionalista coronel Francisco Alberto Caamaño que trató de rescatar la traicionada y perdida libertad y soberanía de su patria.

En 1964, la CIA organiza y financia también un golpe de Estado en Brasil, contra el presidente Joäo Goulart en complicidad con los militares, dando paso a un sangrienta dictadura que habría de durar varios años.

En la década de los 60, los agentes de la Agencia entrenan a los militares bolivianos que luchan contra la guerrilla liderada por el “Che” Guevara, y una vez que lo hieren y capturan, ordenan su asesinato, ejecutado el 9 de octubre de 1967 en La Higuera, por su agente, el traidor cubano Félix Rodríguez Mendigutía.

El 11 de septiembre de 1973, en Chile se produce un golpe militar sangriento organizado y financiado por la CIA que derroca al presidente Salvador Allende, quien muere combatiendo en el palacio presidencial de La Moneda contra las tropas del traidor Augusto Pinochet quien, con el apoyo irrestricto de Washington, instaura una de las más brutales dictaduras en la historia de América del Sur.

En Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista en 1979, que derrocó al último miembro de la dinastía de los Somoza impuesta por Estados Unidos durante 45 años, la Compañía organiza y financia a la “Contra”, mercenarios que con el apoyo de EEUU, desatan un baño de sangre que costó la vida de más de 60 mil nicaragüenses, pero a pesar de la derrota de los contrarrevolucionarios, en 1990, los sandinistas pierden el poder en unas elecciones amañadas, que dan el triunfo a Violeta, viuda de Chamorro, una ficha del Imperio.

Durante los doce años que duró la guerra civil salvadoreña, (1980-1982) la CIA igualmente organizó y financió a los grupos terroristas paramilitares que junto con los gobiernos del país, títeres de Washington dieron muerte a más de 80 mil personas, en su mayoría campesinos que apoyaban a los guerrilleros.

Guatemala, fue teatro, en la década de los 80, de una de las más sangrientas guerras civiles en la historia de América Central, durante la cual tuvo lugar “El Genocidio de Guatemala”, auspiciado por la CIA, como se conoce el más brutal de sus capítulos, en el que fueron asesinados unos 200 mil guatemaltecos, hombres, niños, ancianos y mujeres aborígenes que fueron quemados vivos, decapitados y violados por orden de los militares al servicio de Washington, por considerarlos colaboradores de la guerrilla.

En 1983, en la pequeña caribeña isla de Granada (Grenada en inglés), donde ingenieros y técnicos cubanos construían un aeropuerto con miras a incentivar el turismo, la CIA inventó la excusa de que aviones cubanos podrían atacar desde allí a EEUU y otros países vecinos como Venezuela, por lo que en base a los informes de la Agencia, Ronald Reagan, envió naves de guerra con miles de marines que invadieron la minúscula ínsula, colocando a un gobierno pro yanqui en el poder.

En Venezuela, la Agencia trabajó activamente en complicidad con militares traidores, empresarios, sindicaleros y la elitesca clase de los ejecutivos de Pdvsa, y con el apoyo de los medios privados participaron en el golpe del 11-A de 2002, contra el gobierno revolucionario, instaurando una breve dictadura, que apenas duró 47 horas, al ser barrida por la fuerza armada leal al presidente y la furia del pueblo que reclamaba a gritos, frente a Miraflores, que le devolvieran “su sueño y esperanza, Hugo Chávez Frías”

Pero, de todas las conspiraciones ejecutadas por la CIA en la región, la desatada contra la Revolución cubana y su líder Fidel Castro, ha sido la más brutal, costosa y prolongada, caracterizada por una demencial secuencia de acciones terroristas, invasiones, leyes que son una aberración jurídica, recurrentes intentos de magnicidio y el más salvaje boicot económico que conoce la historia de la humanidad, implantado durante casi medio siglo, una guerra no declarada en la que ha triunfado el pueblo y Fidel Castro.



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